Aún recuerdo tu mano con mi mano.
Paseando, al atardecer.
Tu estabas callada, yo también.
No hacían falta palabras para decir que nos amábamos.
Hoy no hacen falta palabras para saber que nuestras manos no se juntarán de nuevo,
para saber que el olvido y el tiempo me acompañarán mientras camino solo.
El tiempo será mi aliado, el insomnio mi enemigo.
Olvidarte es lo que quiero, pero no puedo.
Aún recuerdo tu mano con mi mano.
¿Dónde se cuecen las judías? 
poeta 😀
me he comprado un libro-cuaderno muy curioso… pero supongo que no te va a gustar.
(=
Y no me canso de leerla.
Me alegro que te guste 🙂
Estupendo, de veras, me siento muy identificado desgraciadamente. Una vez más, enhorabuena
Hoy que es mi cumple releo de nuevo tu carta y algunas entradas de tu blog que me gustan particularmente, que me hacen recordar muchas cosas,a muchas personas y que me encantan. Ya te lo he dicho muchas veces,escribes genial.